Lo recuerdo todo ordenado. Al fondo, un perchero. Los discos perfectamente alineados. La cama en el centro, justo en el centro de mi atención, justo pegada a la pared derecha.

Me huelen las manos a recuerdo. Frío, distante. Me huele tu olor a las noche que pude tener. Hueles a distancia, como el olor a café recién hecho que pintaba las mañanas del pasillo de tu casa.