Esclavo de su urgencia y su velocidad.




A veces no hay forma de empezar cuando no hay nada que empezar. Es... como intentar bajar más las persianas cuando las persianas están completamente bajadas: imposible, sencillamente.
Mejor será no cuestionarse nada que tenga que ver con la velocidad de las mentiras que se pueden llegar a escupir. Como si permanecer fuera solo cosa de quedarse... Para continuar en un cuerpo, en una mente, o incluso en un cama ajena hay que arriesgarse. Las palabras no funcionan. Inútiles los que en ellas creemos.
A veces no hay forma de terminar cuando no hay nada que terminar. Es... como esforzarte por ver en la oscuridad: imposible, simplemente.
Mejor será no preguntarse ''por qué'' cuando la respuesta será el silencio. Cristales empañados en los que escribir un mensaje de auxilio. Asfixia. El camino más difícil es el de vuelta, cuando no hay vuelta. El problema es no coincidir al mirar en la misma dirección... será problema de los infinitos puntos de vista. Hay que tener tacto para todo, hasta para desaparecer.