Huele a nuevo, como los libros del colegio cuando empieza, como a tostadas recién hechas, como cuando miras como si no lo hubieses hecho nunca. Y vas a oscuras, buscas a tientas el olor a mandarinas. Me respiras y nos gusta aunque no me lo digas, que luego hacerlo no nos cuesta nada. No quiero un final feliz, solo quiero serlo. Repartir el amor, retrasar el momento de irnos, y al despertar no dejar de inmolarse el pecho. Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos.
Huele a casa, como al volver de vacaciones en septiembre, como a café con leche, como a manta y tele, como si fueras tú el que ha sido siempre. No quiero un final feliz, solo quiero serlo. Repartir el amor, retrasar el momento de irnos, y al despertar no dejar de inmolarse el pecho. Repartir el placer, prolongar el encanto de vernos.
Flotar y brillar. Irradiar, alumbrar.
¡Soy una mandarina!