(Casi) 15 de enero de 2012.



Las despedidas deben existir para darle sentido a los reencuentros, al igual que las malas rachas deben existir para que aprendamos a valorar los momentos en los que te quedas sin aire de tanto reír.

Nuestra vida va sobre una tabla de surf; tenemos que esforzarnos por mantenernos en equilibrio sobre ella, y en ocasiones esto es tan complicado que una simple ola es capaz de derribarnos, de hacernos zozobrar y que no podamos sacar la cabeza del agua. Y lo peor de todo no es que en ocasiones no podamos salir a flote, sino que somos nosotros mismos quienes nos ahogamos y nos hundimos cada vez más. Pero siempre, SIEMPRE encontraremos una mano que tire de nosotros y nos insufle ese aire que necesitamos para quitarnos el agua salada de los ojos y volver a subir a la tabla para volver a equilibrarnos de nuevo, y volver a caer. Cíclico. Una y otra vez. Porque la vida es eso, caer y levantarse, y volver a caer y volver a levantarse, unas veces con ayuda, otras muchas solo. Y logramos enderezarnos en el aire aún con las rodillas desolladas.

Hace falta valentía para vivir esta vida, definiendo valentía como las ganas de encontrar cada mañana un motivo por el cual sonreir por la noche. Y tú de eso estás llena. Valentía es tragarte las lágrimas y mirar hacia el frente aunque no tengas ganas. Es guardarte en los bolsillos cada uno de tus miedos y enfrentarte al invierno. Es la capacidad de comperlo todo con un ''yo puedo, y yo quiero'', y entender que no se nos va a conceder todo lo que queramos en la cantidad y momento en el que lo deseemos. Y tú con eso te has llenado una maleta.

Creo que la amistad es tan cíclica como la vida, como el equilibrio sobre esa tabla que raspa las plantas de los pies. Te he visto crecer, equivocarte muchas veces y hasta conseguir las metas que te habrías propuesto. Te he visto aprender, he compartido momentos contigo que nadie comprenderá. Te he llegado a entender tan bien que sin palabras sé qué es lo que lleva a explotar en silencio. Y también te he fallado en otras ocasiones, y he faltado en algún momento en el que me gritabas con un silencio tan intenso que no fui capaz de comprender. Pero como he dicho, todo es cíclico, y llega un punto en el que estableces quién fue, es, será, y quién todo junto. Y un todo junto es lo que nos queda por vivir.

Ten muchísimo cuidado, y sé capaz de controlar tu libertad, porque en ocasiones es tan peligrosa que puede acabar controlándote ella a ti. Ya ha llegado el momento de erguirte sobre la tabla y volver a ser feliz.
Recuerda que la vida puede ser es maravillosa.

Confío en ti.