Preferiría morir mañana que vivir cien años sin haberte conocido.





Vamos a celebrar que estamos vivos. Merece la pena. Siempre hay un destello tras el cristal aunque nos empeñemos en no ver a través de él, aunque se vaya con el sol de la mañana. Aunque se vaya con el vuelo de un avión. Contemos hasta cero de diez en diez para retroceder en el deseo de comernos los días que no hemos tenido. Para comernos las ganas de imaginar todos los que nos quedan. Hay veces en las que todo gira vertiginosamente y resulta que aquello que te hace darte cuenta de tu sitio lleva anclado a ti desde antes de tu existencia, aunque sea ahora cuando lo hayas podido ver. Qué grata sensación. Qué grato mes de mayo, por incoherente que parezca. Sombras chinas en mi sombra. Pasos firmes sobre suelo quebradizo. Fe en ciertas luces a las que sigues a ciegas. Vamos a bañarnos en los segundos del reloj en el que cierto lunes dejamos de confiar. Vamos a celebrar que seguimos vivos. Merecemos la pena.